Mantener una sonrisa sana con una buena higiene dental es una recompensa en sí misma, pero hay otros beneficios de un buen cuidado bucal que pueden ser incluso más significativos. La mala higiene bucal se ha relacionado con algunos problemas de salud, incluida una de las principales causas de muerte en Estados Unidos hoy en día: las enfermedades cardiacas.
Pero aunque esta noticia es algo que hay que tomarse en serio, no hay razón para alarmarse. Si se cepilla los dientes con regularidad, utiliza hilo dental y se somete a limpiezas dentales semestrales, puede proteger su salud general y evitar enfermedades relacionadas.
¿Cómo se relacionan la salud dental y la salud cardiaca?
Puede parecer una conexión poco habitual, pero existe una relación significativa entre una mala salud bucodental y un riesgo elevado de padecer enfermedades cardiacas. Esa relación existe por varias razones.
Inflamación
La inflamación está relacionada con una amplia gama de enfermedades leves y graves. Algunas de ellas son el síndrome del intestino irritable, la colitis ulcerosa, el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la diabetes, la artritis, el cáncer y las cardiopatías. Esa inflamación puede comenzar de diversas maneras, y una de ellas es la enfermedad de las encías.
La enfermedad de las encías es una infección de las encías, causada en la mayoría de los casos por una higiene bucal deficiente. Se produce cuando la placa bacteriana se acumula en la boca, se endurece y se convierte en sarro, y empieza a infectar el tejido de las encías.
La enfermedad de las encías se considera una enfermedad inflamatoria crónica y, si no se controla, puede provocar una reacción inflamatoria en cadena en todo el organismo, aumentando el riesgo de cardiopatías.
Bacterias
Nuestras bocas están llenas de todo tipo de bacterias, tanto buenas como malas. Cuando usted no se compromete a la limpieza regular de los dientes, las bacterias malas tienen la oportunidad de florecer y causar todo tipo de problemas con su salud oral. Estos problemas incluyen caries, infecciones dentales, enfermedades de las encías, y mucho más.
Pero esas bacterias no sólo pueden causar estragos en tu salud bucal. Con el tiempo pueden llegar a otras partes del cuerpo y causar infección e inflamación. La respuesta inflamatoria puede provocar un efecto dominó que, en última instancia, puede afectar a la salud del corazón.
Signos de enfermedad de las encías
La enfermedad de las encías es el problema de salud bucodental más estrechamente relacionado con las cardiopatías. Esta infección de las encías, también conocida como enfermedad periodontal o periodontitis, puede curarse en su fase más temprana. Sin embargo, sólo puede controlarse y tratarse cuando ya se ha convertido en una enfermedad de las encías en toda regla.
Para detectarlo lo antes posible, esté atento a los siguientes signos:
- Encías inflamadas o enrojecidas
- Sensibilidad dental
- Encías retraídas
- Encías que sangran con facilidad
- Mal aliento persistente (halitosis)
Estos son signos de gingivitis, que es la forma más temprana de enfermedad de las encías. Si notas alguno de estos signos, debes ponerte en contacto con tu dentista lo antes posible para que te haga un examen rutinario y una limpieza dental.
Cómo garantizar una buena salud bucodental y reducir el riesgo de cardiopatías
Puede que le alarme la conexión entre las enfermedades cardiacas y los problemas de salud bucodental, y eso es bueno. No hay nada como un poco de miedo bien fundado para ayudarnos a tomar medidas. Afortunadamente, proteger su salud bucodental y, por tanto, su salud general no es demasiado difícil.
Incluya los siguientes pasos en su rutina de cuidado bucal para mantener a raya la enfermedad de las encías y los problemas cardiacos resultantes.
Cepillarse dos veces al día
Debes cepillarte los dientes al menos dos veces al día todos los días, y cada vez, debes cepillarte durante al menos dos minutos. También es importante cepillarse en pequeños círculos y tener cuidado de cubrir todas las superficies de los dientes.
Use el hilo dental una vez al día
Ni siquiera el cepillado más minucioso es capaz de eliminar todos los restos de comida y bacterias de la boca. Por eso es fundamental usar hilo dental a diario para llegar a las zonas que el cepillo no puede.
Hágase una limpieza dental dos veces al año
El cepillado y el uso del hilo dental te llevarán lejos, pero no lo suficiente por sí solos. También deberías visitar a tu dentista para un examen rutinario y una limpieza dental cada seis meses. Durante esta visita, el dentista utilizará herramientas especiales para acceder a partes de la boca que el hilo dental y el cepillo de dientes no pueden alcanzar.
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